Así que sobre las 11h de la mañana del Sábado, largamos amarras... y como el viento no hacía acto de presencia, decidimos ir a Castro Urdiales a comer y aprovechar el Sol que empezaba a recalentar nuestras seseras, pese a que el día amanecio nublado y desprendiendo escaso "zirimiri".
Lo dicho, hasta Castro a motor; y una vez amarrados a muro, buscamos un lugar donde poder saciar nuestra sed y hambre acumulada, debido al desgaste energético que trae consigo la navegación.
Despúes de comer, unos charlaban, otros hicieron el amago de dormir la siesta e incluso alguno navego; pero con la Zorion-txiki... O más bien todos hicimos de todo.
Tras un par de fotos más, y la pena de tener que abandonar el puerto de Castro partimos rumbo al Abra.
La vuelta más comoda y bonita debido al buen rumbo de través que nos permitian los 15nudos de viento real. Hasta llegar al cajón donde el viento cayo notablemente. La entrada a puerto desde el muelle de Zierbena con foque de hierro. Tambien coincidimos con algún otro barco:
Con esta tripulación da gusto navegar e incluso me veo en la obligación de nombrar la excelente pericia de la patrona, Estisen, a la caña.
Un diez sobre diez por el día, la navegación y, sobretodo, por la tripulación.
Texto y fotos: Ander Xabi